top of page
Buscar

EL SILENCIO QUE SANA: CÓMO LA CALMA INTERIOR ATRAE LA GUIÍA ESPIRITUAL?

  • Foto del escritor: Admin
    Admin
  • 7 jun
  • 5 Min. de lectura

Vivimos en un mundo que no para. Los sonidos del día —los compromisos, las conversaciones, las exigencias, las redes, los pensamientos acelerados— forman una sinfonía constante que, muchas veces, ahoga lo más importante: nuestra voz interior y la voz del plano espiritual.


En la Umbanda, y en muchas tradiciones espirituales, se nos enseña que los guías no siempre hablan en gritos ni a través de grandes eventos. Muchas veces, los Orixás, los Exus, los Pretos Velhos o los Ciganos susurran en el silencio, se manifiestan en lo sutil, en lo que solo puede percibirse con un corazón en calma. Pero cuando nuestro interior está en caos, cuando el alma se encuentra revuelta por dentro, la conexión se debilita, y la claridad espiritual se nubla.


No es casual que muchas de nuestras prácticas de limpieza y oración comiencen pidiendo silencio y respeto. Porque el silencio no es ausencia. El silencio es presencia profunda, es espacio sagrado. Es un puente entre nuestra conciencia y los planos elevados.


Este blog no busca alejarte del ruido del mundo —porque el mundo seguirá girando—, sino invitarte a cultivar dentro de ti un lugar sagrado de quietud, donde puedas regresar siempre que lo necesites. Un lugar donde el alma se renueva y donde la guía espiritual se vuelve audible.

A continuación, exploraremos cómo el silencio interior no solo trae paz, sino que se convierte en una herramienta poderosa de sanación y orientación espiritual.


1. El ruido como bloqueo espiritual


El ruido no es solo aquello que escuchamos con los oídos. El ruido también vive dentro de nosotros: pensamientos que no se detienen, emociones agitadas, preocupaciones constantes, palabras no dichas que se acumulan como tormentas internas. Este ruido interior, tan cotidiano como invisible, puede convertirse en uno de los mayores bloqueos para nuestra conexión con lo divino.


En la práctica espiritual —especialmente dentro de la Umbanda— entendemos que cada ser es un canal. Somos receptores y emisores de energía, y para recibir la guía de nuestros guías, de nuestros ancestros y de las entidades que nos asisten, necesitamos limpiar y afinar ese canal. Pero cuando hay demasiado “ruido” en nosotros, es como si intentáramos sintonizar una radio en una frecuencia incorrecta: hay interferencias, confusión, y no logramos escuchar con claridad.


Muchas veces, las personas dicen:"No sé qué decisión tomar.""Le pido a los guías, pero no siento respuesta.""Siento que estoy desconectado espiritualmente."


Y lo que sucede no es que no haya respuesta… sino que la respuesta no puede entrar a causa del ruido que hemos acumulado.


Este ruido puede estar hecho de:


  • Preocupaciones constantes sobre el futuro.

  • Ira o tristeza no expresada ni procesada.

  • Autoexigencia que no nos deja descansar.

  • Expectativas ajenas que hemos asumido como nuestras.

  • Estrés físico y mental prolongado.


Todo esto va tapando nuestra sensibilidad, nuestra percepción, nuestra intuición… y, por tanto, nuestro canal espiritual se cierra poco a poco. Es como tener una vela encendida en medio del viento: la llama no desaparece, pero se vuelve inestable, débil y difícil de sostener.


2. El silencio como canal de comunicación con los guías


En el camino espiritual, aprendemos que el universo no siempre responde con palabras. A veces, responde con una sensación, con una certeza que aparece en medio de la calma, con una señal que solo podemos ver cuando estamos atentos desde el corazón. Y esa atención sagrada solo se despierta en el silencio interior.


El silencio no es vacío. Al contrario, es el espacio donde lo sagrado puede manifestarse. Nuestros guías espirituales —ya sean Orixás, guías ciganos, Exus o Pretos Velhos— encuentran en el silencio un canal limpio por donde fluir. Ellos no necesitan alzar la voz, porque no están lejos: están dentro, junto a nosotros, caminando cada paso de nuestra jornada.


Pero para escucharlos, tenemos que bajar el volumen del mundo y subir el volumen del alma.

En muchas sesiones espirituales ocurre algo curioso: justo cuando la persona está más serena, cuando se queda en silencio, cuando suspira profundo, es ahí donde llega la visión, el consejo o la lágrima que libera. Porque ese instante de recogimiento rompe la barrera mental y deja pasar la voz del espíritu.


El silencio es una forma de respeto al plano espiritual. Es decir: “Aquí estoy, dispuesto a escucharte sin imponer mis miedos ni mis ideas.” Es una rendición amorosa que le dice al universo: “Ya no quiero controlar, quiero recibir.”


Y en ese acto de rendición, muchas veces ocurre el milagro.Una palabra interna clara.Una imagen que surge sin haberla buscado.Una certeza en el pecho.Una emoción que no se puede explicar, pero que nos calma.Todo eso, muchas veces, no proviene de nosotros, sino de quienes nos cuidan y nos guían desde los planos sutiles.


Por eso, en medio del ruido del mundo, el alma que aprende a silenciarse se vuelve poderosa. No por lo que grita, sino por lo que es capaz de escuchar.


3. Rituales simples para encontrar calma y recibir orientación

No necesitas grandes ceremonias para abrir el canal espiritual. A veces, lo más sencillo es lo más efectivo, siempre que se realice con fe y entrega. Existen rituales simples que puedes incorporar en tu día a día para entrar en ese silencio interior que abre las puertas a la guía espiritual.


Aquí te comparto algunos:


🌿 Encender una vela en silencio

El acto de encender una vela blanca o de color específico (según la entidad o el Orixá con quien deseas conectar) es un gesto de apertura. Al hacerlo en silencio, con una intención clara, estás creando un altar interior, no solo externo. Observa la llama en silencio unos minutos. Pide sin palabras. Siente.


🧉 Orar con el corazón, no con la boca

En vez de repetir oraciones mecánicamente, haz silencio, respira profundo y permite que tu alma hable. Los guías no necesitan un idioma específico, entienden las emociones. Ellos responden a la sinceridad más que a la elocuencia.


🌾 Colocar la frente sobre la tierra o el suelo

Este gesto ancestral, que algunos guías como los Pretos Velhos honran, permite descargar el exceso de pensamiento y reconectar con la humildad y la sabiduría de la Tierra. Hazlo en silencio, sintiendo cómo lo que no necesitas se va.


🔮 Sentarte a “no hacer nada” por cinco minutos


Desactiva el mundo. No intentes meditar ni pensar. Solo siéntate y respira. Si vienen pensamientos, no los sigas. Si viene una emoción, no la reprimas. Solo observa… y deja que el alma se acomode sola. Muchas veces, en ese espacio, una respuesta aparece.

Estos pequeños actos crean una vibración especial, una disposición interna que los guías sienten. Cuando no estás pidiendo, gritando, corriendo, sino escuchando y confiando, ellos se acercan. Porque saben que estás listo para recibir.


✨ Cierre: El alma que calla, escucha


El silencio no es soledad. Es comunión. Es una forma de volver al origen, de permitir que los ruidos externos se disuelvan y que la voz espiritual resuene con fuerza. Cuando silenciamos la mente, el alma canta. Y en ese canto callado, los guías, los Orixás, los ancestros, se hacen presentes.


Aprender a silenciarse es aprender a sanar. Es abrirse a una guía que no manipula, que no exige, que no se impone… sino que acompaña, susurra, y espera pacientemente a ser escuchada.

Que este mensaje llegue a tu corazón como una semilla de paz.Y que cada día, encuentres aunque sea un minuto para entrar en ti, y en ese silencio, recordar:nunca estuviste solo. Solo necesitabas escuchar.


Saravá ✨Que los guías bendigan tu camino en esta nueva semana que se acerca.



 
 
 

Comentários


Haz tu consulta

 Comunícate con nosotros y con mucho gusto te atenderemos

¡Tus datos se enviaron con éxito!

  7156 NW 51st St. 

Miami, FL 33166

info@umbandamiami.com

  (305) 979-6906 

 (786) 805-7133

 (786) 227-8153

bottom of page